Autoconocimiento a través de la comida
- valendettori4
- 7 ago 2024
- 5 Min. de lectura
¿Por qué, aunque me hincho, nunca me quedo satisfecha? ¿Por qué sigo sintiendo ese vacío gigante en el estómago? ¿Por qué no puedo parar de comer?
Estas y otras preguntas similares han rondado mi mente de forma constante en los últimos meses. Después de reflexionar, observar y analizar de manera regular mi actitud hacia la comida, finalmente el otro día encontré la respuesta a estos porqués.
En las reflexiones de hoy, quiero hablarte de cómo llegué a esta conclusión y presentarte el Método Whole30, un programa creado por unos nutricionistas deportivos americanos en 2009, cuyo objetivo es sanar tu relación con la comida.
El Método Whole30 es como apretar el botón de «reinicio» en tu salud, tus hábitos y tu relación con la comida (...) los próximos 30 días te van a cambiar la vida. Cambiarán tu manera de pensar en la comida, tus gustos y tu ansia de comer. Es bastante probable que cambies la relación emocional que tienes con la comida y con tu cuerpo." (El Método Whole 30 - Melissa Hartwig, Dallas Hartwig).
Mi relación con la comida
Desde niña, luego adolescente y después en edad adulta, he tenido una pasión irresistible por comer, en especial los platos que cocinaba mi madre. Ella tenía un toque único y encantador para cocinar; le ponía tanto amor a lo que hacía que me enamoraba de cada bocado.
Hasta hace un par de meses no creía que todo eso me estaba generando problemas de salud. Estaba acostumbrada a comer, me encantaba la comida y no me detenía mucho a reflexionar sobre el porqué. Sí, me sentía culpable en muchas situaciones cuando comía en exceso, pero era muy buena autoengañándome, así que lo dejaba pasar y encontraba todo tipo de excusas para seguir hinchándome.
La consciencia del daño que me estaba haciendo llegó después de mi despertar, cuando descubrí una pasión que tenía por los caballos. Ese día experimenté en mí misma una felicidad y una luz que hasta aquel momento no había sentido en la vida.
Eso me generó tanto miedo que, cuando volví a casa y me senté a escribir sobre el tema, apareció una sombra que hasta entonces no había reconocido en mí: la necesidad de comer para llenarme de emociones. En ese momento, empecé a comer sin ser consciente de ello, me llenaba el estómago y seguía comiendo hasta el punto de sentirme casi drogada. Sin mencionar que esa noche lo pasé fatal. Hacía mucho que no hacía eso, y ahí me di cuenta de que había un problema que resolver.
Y como el Universo trabaja constantemente conmigo para que evolucione, me puso en el camino esta dieta que he seguido hasta ahora, llamada Whole30, y con ella he podido finalmente comprender y ver la situación en su totalidad.
El por qué como sin frenos
Descubrí el Método Whole30 un día navegando por internet y, desde que lo vi, llamó mucho mi atención. Primero, porque no es una dieta para adelgazar (aunque puede llevar a ello) y segundo, porque dura solo 30 días y promueve la consciencia de cómo el cuerpo responde a la comida.
Durante estos 30 días, hay que eliminar todos los alimentos que, según demostraciones científicas, son nocivos para la salud. Y hablamos de esas comidas pobres en nutrientes, densas en calorías, bajas en capacidad saciante y que potencian el consumo excesivo (ese impulso que cuando empiezas a comer no puedes parar). Estas comidas que utilizamos para reconfortarnos en momentos de tristeza, soledad, estrés o infelicidad, como galletas, helados, bombones, patatas fritas, etc.
Y todo esto sustituirlo con frutas y verduras, carne y pescado criado respetando al animal y al ambiente, huevos y grasas naturales.
Ahora no voy a detallar todo el método en esta reflexión, porque sería demasiado extenso y porque también hay un libro que explica todo esto con minucioso detalle (*). Simplemente mencionarlo porque de verdad me ha cambiado la vida. Me ha hecho entender cuáles son las señales en mi cuerpo que me impulsan a comer.
Cuando quiero evadir la realidad y alejarme de mí misma (cuando me identifico con el ego), lo que hago es pensar en lo que hay en mi despensa. Seguidamente, casi como un impulso, me levanto y empiezo a comer, y cuanto más como, tanto más se abre a la altura del estómago un vacío tan grande que me genera un malestar mental y una sensación de soledad y tristeza que necesito tapar y seguir llenando con comida. Y sigo comiendo y comiendo hasta el punto en que me hincho tanto el estómago que siento culpa y vergüenza por lo que he hecho.
Y todo lo hago de forma totalmente inconsciente. Hasta que no empecé a analizar y observar lo que hacía, no lo podía entender. En muchas ocasiones he tenido la sensación de ser una espectadora de mí misma, mirando lo que hacía mi cuerpo con mucha dificultad para controlarlo.
El principio de sanación
Ver todo esto ha sido liberador. Todavía no creo que haya sanado al 100%, simplemente porque llevo toda la vida haciéndolo, pero con este método siento que he dado un paso más hacia mi mejor versión.
Lo que más me ha ayudado ha sido que primero te da unas reglas muy estrictas que necesitas seguir a rajatabla y sin excusas; segundo, porque te da unos pasos a seguir que dan un sentido de compromiso al reto y, además, te da una cronología de experiencias comunes vividas por otras personas que te ayudan a prepararte para algunos retos físicos y emocionales que puedes enfrentar.
Y ahora, a 2 días de terminar el reto, puedo decir que ha sido una herramienta increíble para autoconocerme y descubrir más cosas sobre mí.
Me ha ayudado a entender que comer no se trata de llenarte el estómago con "algo", sino de alimentar tu cuerpo con cosas que te hagan sentir bien y llena de energía.
Me ha ayudado a prestar más atención a las etiquetas y los ingredientes de las comidas que compro en el supermercado, porque todo lo que venden no es bueno para la salud.
Pero, sobre todo, me ha hecho ver que cuando me identifico mucho con el ego caigo en la desgana, en el comer compulsivamente y en fijarme demasiado en el exterior. Que cuando me perturbo mucho a mí misma y me entra mucho ruido mental, la mejor forma para tomar otra vez el control es decirme "No".
Cuando le digo no a la comida, me siento mejor, y de eso se trata la relación conmigo misma: estar bien conmigo.
En conclusión
Hasta que no estuve realmente consciente de mí y mis pensamientos, no entendía todo esto que acabo de decir. Me seguía enfrentando a la realidad, tapando con comida y prestando demasiada atención a la mente, en lugar de comprenderla y tratarla con amor.
Recuerda que nosotros no somos nuestra mente; somos un ser superior a esto. No necesitamos todos nuestros pensamientos, podemos vivir tranquilamente (y seguramente mucho mejor) sin ellos.
Gracias por quedarte hasta el final.
Me encantaría saber tu opinión sobre el tema de la comida y si te atreverías a probar el Whole30.
Un abrazo de corazón.
Fuentes:

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